Políticas de igualdad de género como motor del desarrollo socioeconómico

Andorra la Vella, Andorra, 17 y 18 de junio de 2010

Resolución

Las políticas de igualdad de género actúan como motor del desarrollo socioeconómico en los países que las aplican, por lo que no debemos concebirlas como políticas que aumentan el gasto público, sino como una inversión pública con un alto beneficio social.

Las desigualdades entre género que existen en la sociedad actual se deben a un modelo social y cultural heredado y caduco, que asigna a las personas estereotipos y roles en la familia y en la sociedad en función de su sexo y no de sus capacidades. Como consecuencia mujeres y hombres llegan a tener distintos posicionamientos sociales y laborales, con una falta de mujeres en el espacio público, donde se toman las decisiones y se regulan las normas de funcionamiento social.

Todo lo anterior provoca una diferencia de poder entre mujeres y hombres que se perpetúa a través de la socialización, que solo se puede corregir con mecanismos que garanticen la igualdad de oportunidades, o sea, lo que llamamos políticas de igualdad de género.

El modelo social de hombre sustentador y mujer más o menos dependiente, además de ser injusto, es insostenible económicamente y en particular para la mujer que vive sola o la familia monoparental a cargo, mayoritariamente de la mujer.

Una sociedad sostenible, es la que tiene en cuenta entre otros factores, las necesidades y la calidad de vida de las personas que la forman. La calidad de vida de una persona depende del buen equilibrio entre sus tiempos dedicados a las obligaciones, a la familia, así como a la labor y a la realización personal.

Algunas empresas también han empezado a entender que su productividad tiene una relación directa con la calidad de vida de las personas que forman las plantillas, y que la incorporación de mujeres en lugares de responsabilidad aumenta la innovación y competitividad.

La crisis económica actual, promovida por el sector financiero dominado mayoritariamente por hombres pone en peligro los éxitos que se han ido consiguiendo año tras año, década tras década en el ámbito de la políticas de igualdad de género en el sentido que la desaceleración de la actividad económica podría ser utilizada para justificar una limitación o reducción de las medidas de igualdad. No obstante, esta crisis también puede manifestarse como una oportunidad para implementar cambios. Se suele decir que ante una situación económica de crisis como la actual es cuando más cabida tiene la imaginación y el trabajo. Invertir en políticas de igualdad de género es un requisito previo para un crecimiento sostenible en la ocupación, la competitividad y la cohesión social.

En consecuencia la Internacional Socialista de Mujeres hace un llamamiento a todos los gobiernos nacionales, regionales y locales para que:

Promuevan planes y políticas de igualdad de género en las empresas para la conciliación familiar y laboral, incentivando la dedicación de los hombres a las obligaciones familiares y promoviendo la baja laboral maternal y paternal en condiciones de igualdad;

Modifiquen la educación para superar los estereotipos sexistas y promuevan políticas para llegar a la igualdad laboral entre géneros, superando la discriminación y la diferencia salarial;

Inviertan en la formación y la promoción de la mujer y apliquen políticas de integración de la mujer en el mercado laboral;

Inviertan en servicios sociales adecuados y accesibles tales como guarderías y atención a personas dependientes, para que las mujeres puedan permanecer en el mercado laboral en condiciones de igualdad con los hombres, creando a la vez nuevos puestos de trabajo;

Apliquen la transversalidad de género en los presupuestos y en su ejecución, para que se puedan llevar a cabo las políticas antes mencionadas para aumentar la igualdad y reducir la desigualdad existente actual y

Aseguren que en el caso de que deban proceder a recortes presupuestarios debidos a la crisis económica actual, estos no deben afectar en ninguna medida las políticas destinadas a obtener la igualdad de género como por ejemplo la educación y los servicios sociales.

Finalmente, la Internacional Socialista de Mujeres hace un llamamiento a todos los partidos miembros de la Internacional Socialista para promover medidas que permitan gradualmente una paridad (50/50) de mujeres y hombres en todos los niveles de toma de decisiones, comenzado con una cuota mínima del 30% para ambos, mujeres y hombres, en todos los puestos de elección así como en los órganos de dirección del partido, pero también fijar metas de plazo límite para lograr lo antes posible una representación de 50/50 con el objetivo de incluir por igual las perspectivas de las mujeres en la política y por consiguiente permitir un desarrollo social justo, sostenible y equilibrado.

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